Contra el lugar común de que en la literatura verdad y mentira son conceptos exclusivamente estéticos, este libro tan sugerente como polémico invita a pensar en la urgencia de una recepción ética de la literatura del conflicto armado peruano que logre perturbar el sueño de los justos. El despertar es violento porque implica derribar, de una vez por todas, el fantasma de la familiar oposición modernidad criolla/tradición andina de tal manera que se alcance a ver lo real de la singular modernidad del Ande, aquella que busca surgir y afirmarse más allá de las ruinas de la “la nación cercana”. Utilizando las herramientas del pensamiento teórico contemporáneo, los autores nos ofrecen valiosas claves para desmontar las capas del palimpsesto cultural que subyace al vasto cuerpo de la narrativa de la violencia. La operación no termina hasta llegara la fondo, donde se des-cubre el discurso antropológico del Informe de Uchuraccay que constituiría la visión oficial del significado de la guerra. Contra este sabor oficial se erigen los textos más desestabilizadores de la abundante literatura examinada. Estos buscarían articular, como lo hizo la Comisión de la Verdad y la Reconciliación (CVR) en su momento, un lugar de enunciación subalterno que sea capaz de representar lo no- narrado del conflicto, la herida que no ha cerrado, la historia que no ha concluido. Escrito con una lucidez sin concesiones, Contra el sueño de los justos está llamado a convertirse en un referente obligado en el diálogo que ha de reabrirse si queremos dar verdadero punto final a una pesadilla apocalíptica que todavía hoy no se deja enterrar.